Crisis económica, minería e impuestos municipales
Existen tres factores clave para combatir la crisis económica en la que Perú está inmerso: voluntad política para destrabar los proyectos detenidos y resolver conflictos, gestión pública con una ejecución presupuestaria eficiente, con una agenda que priorice a la población más vulnerable, e inversión privada para generar empleo.
Uno de los ejes centrales que nos permitiría crecer aceleradamente y resolver la crisis actual es la minería, pero poco podría lograrse sin los referidos tres factores debidamente alineados.
Solo para 2021, la cartera de inversión en proyectos de exploración minera asciende a USD506 millones, mientras que la de proyectos de construcción de mina, actualizada a noviembre del año pasado, supera los USD56 mil millones[1]. La ejecución de estos proyectos es la que en gran medida marcará el crecimiento económico del Perú en los próximos años.
Pese a lo anterior, a comienzos de este año se ha presentado un proyecto de ley que pretende gravar con impuestos municipales a los predios ubicados en zonas rústicas destinados a la actividad minera, aun cuando, históricamente y hasta la fecha, por mandato de la ley, solo los predios urbanos pertenecientes a los titulares de dicha actividad se sujetan a los referidos tributos. El proyecto actualmente está en las comisiones de Economía, Banca, Finanzas e Inteligencia Financiera y de Energía y Minas del Congreso, esperando que se emitan los dictámenes correspondientes.
Incrementar la carga tributaria en la actual crisis en un eje central de la economía como la minería merece mayor reflexión y sustento técnico, sobre todo, considerando el bajo índice de ejecución presupuestal del canon de los gobiernos regionales y locales[2], lo que denota que el problema no está en la carga tributaria del sector, sino en la capacidad de gestión estatal.
De acuerdo con la “Encuesta Anual de Empresas Mineras 2020” del Instituto Fraser de Canadá, publicada en febrero, en comparación con el 2019, Perú ha caído diez posiciones en el índice de atracción de inversión minera global de países y regiones. En la región, Chile, Colombia y la provincia de Salta en Argentina están mejor ubicados que Perú en este índice.
Promover la inversión minera en nuestro país es una necesidad. Y ello se logrará comprendiendo las características propias del sector y mejorando la capacidad de gestión pública, sin imponer cargas adicionales que nos resten competitividad a nivel regional.