La minería y los riesgos sociales emergentes
El incremento de precios de los metales ha generado grandes expectativas en el sector minero, luego de periodos de paralización y/o reducción de la producción durante el 2020. No obstante, actualmente se presentan nuevos riesgos y retos a los cuales se debe prestar mucha atención.
César Kahatt, Senior Vice President y líder de la práctica minera de Marsh explica en esta entrevista la situación del sector, los riesgos emergentes y algunas soluciones.
- ¿Cómo evalúa la situación del mercado minero en el contexto actual? ¿Cuánto ha mejorado durante los últimos meses?
Actualmente, el precio del cobre bordea los US$ 9,300 la tonelada, 150% más respecto a julio 2020, mientras que el precio del oro se encuentra por encima de los US$1,800 la onza; a pesar de haber bajado respecto al pico de US$ 2,000 de agosto del 2020 se mantiene 40% por encima del precio promedio entre el 2015 y 2019. Estos altos valores evidencian que el sector se encuentra en un momento propicio para impulsar una mayor extracción y el crecimiento de la producción.
Ahora bien, es importante considerar que, tras un año de grandes cambios, actualmente se presentan riesgos sociales emergentes que el sector debe considerar para garantizar la continuidad de las inversiones y operaciones.
- ¿Cuáles son estos riesgos emergentes que las empresas deben prestar atención?
El nuevo escenario socioeconómico, especialmente a raíz de la pandemia, ha cambiado el mapa de riesgos para las empresas de toda la región, incluyendo las del sector minero. Desde el 2020, el riesgo de huelga, disturbios y conmoción civil en Latinoamérica es 50% más elevado que en el resto de países, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Incluso, las protestas populares y el activismo social en la región han aumentado los riesgos de pérdida de confianza de los inversores internacionales, interrupción de la operación y daños materiales para proyectos del sector.
- ¿Qué soluciones hay en el mercado que podrían contrarrestar estos riesgos?
Actualmente, existen soluciones para paliar este tipo de riesgos y seguir construyendo organizaciones resilientes. Se podrían destacar tres:
Primero, está el seguro base de violencia política, que protege a las empresas frente a daños materiales y la consecuente pérdida de beneficios generados por incidentes como disturbios, daños maliciosos, huelgas, conmoción civil y terrorismo.
Segundo, está el Social Unrest, que indemniza a la empresa por pérdida tras la interrupción del negocio por la denegación de acceso debido a un bloqueo por protesta, manifestación, alteración del orden público, acto de sabotaje, entre otras situaciones. En este caso, no es necesario que se genere un daño físico, solo estar imposibilitado de acceder a las instalaciones para operar.
Finalmente, el seguro de riesgos políticos protege a los accionistas ante una pérdida catastrófica permanente por cancelación de contratos, concesiones o licencias, confiscación, desinversión forzosa, inconvertibilidad de moneda. Esta es una cobertura importante dirigida a empresas en el país con capitales extranjeros.
En este nuevo contexto, hoy más que nunca es importante que las empresas identifiquen correctamente sus riesgos, para luego tomar decisiones adecuadas para gestionarlos.